Desde o país do carnaval, carta V: el Candidato

Misiva enviada a mis lectores tucumanos el 26 de Septiembre, después de más de un mes de ausencia:


      Mi conciencia está al tanto de la dimensión de la expectativa generada por mi ausencia. Ciertas decepciones con mi musa inspiradora, algunos menesteres personales y un viaje a tierras nordestinas fueron los causantes de tamaña desolación en ustedes, mis queridos cyberlectores. Sobre mi testa no pende la espada de Damocles, sino la de sus exigencias de continuar con la saga y, por sobre todas las cosas, de extenderme – ¿o comenzar? - con la semblanza del "candidato". Pues bien, la espera terminó señores, finalmente mi osamenta se ha de adecuar a la poltrona.


      El candidato, creatura extraña si hay, producto del aire enrarecido de algún planeta lejano…muy lejano a la Tierra, es un ser que porta la cadencia del Dalai Lama sin ser Budista. Cada uno de sus movimientos son meticulosamente articulados, como si los estuviera midiendo con un adminículo imaginario. Habla poco, muy poco. Ese no sería un inconveniente, dado que se acostumbra a decir que los sabios prefieren el silencio a llenar el aire de boberías. Recuerdo con cierta nitidez la vez que un profesor me contó en una clase la historia de un monje tibetano novato que le pregunta a su maestro tres veces cuál era el sentido de la vida, a lo que el maestro todas las veces calla. Después del último silencio el discípulo con cierto desasosiego inquiere: “¿por qué no me ha respondido?” a lo que el sabio mayor contesta: “te he respondido tres veces”… Mas...¡No! Ése no es el caso del menino en cuestión, las pocas palabras que masculla son fruslerías, y para empeorar las cosas, lo hace al modo de Robocop. No termino de entender si el cristiano este se vió todas las películas de Arnold Schwarzenegger hasta estragar la cinta de los VHS, o si sufrió una intoxicación con Karate Kid o ambas "las dos" cosas. Lo cierto es que es un aparato sin tener cuerpo de tal, muy por el contrario, si mi percepción no me engaña, mi talla (y mi circunferencia) le ganan a las de él por varios y diversos centímetros.

      Resumiendo, El Candidato, es la aliación perfecta entre el Ser y el No Ser, pues tiene modos de adicto al gimnasio, mas cuerpo de pajarito en la penca, de Señor Miyagi pero que ha perdido en el percurso de la andada por la vida toda la sabiduría acumulada por los pueblos orientales. En él lo que falta se evidencia más por causa de las apariencias. Es una orgía de carencias.

      Sin embargo, Suely piensa que el andar silencioso y calculado sumado a la mudez extrema, hacen de él una persona "de clase", educada y caballerosa como ya no vienen. Dios me libre y me guarde.

      Lamentablemente tengo que dejarlos por causa de ciertos compromisos sociales. Prometo que volveré con más y nuevos bosquejos de los seres de mi alrededor.

      Lo prometido es deuda.

Comentarios

  1. Esto puede ser considerado patético, pero estoy probando el funcionamiento correcto de los comentarios.

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