Enamorarse


De repente leer. De repente escribir. De repente terapia. De repente viajar. De repente ir tan lejos. De repente volver tan adentro. De repente la dieta. De repente el gimnasio. De repente las fotos. De repente una trompeta. De repente la ropa. De repente el peluquero. De repente el rímel. De repente yo, de nuevo.
Entonces, te pregunto: ¿Qué carajo es lo repentino, si acaso no es el amor?



Échale la culpa a la literatura o a la Luna llena en  Sagitario, como prefieras 

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