"Sus olores llenan ya mi soledad"*

      Hay pocas cosas que nos indican con tanta intensidad y eficacia que "nos encontramos en casa" como los aromas. Tucumán, el lugar en el que abrí los ojos al mundo por primera vez, tiene su olorcito propio, por lo menos para mí. El olor a Tucumán se aprecia generalmente en días soleados de cualquier época del año, pero sobre todo cuando la temperatura no ha llegado a sus niveles más bajos y la nariz puede ejercer su cometido con desenvoltura. Es una mezcla única entre aromas esenciales que va ganando matices  peculiares según la época del año, la hora del día y la posición geográfica en la que uno se encuentre en la ciudad. Los ingredientes que mantienen la fórmula en una especie de inestable-estabilidad son los aromas a panadería, los de los yuyos  (y/o cañas de azúcar, y/o basura de todo tipo) quemándose, los de otros yuyos (o plantas o árboles, como los naranjos y sus azahares) florenciendo, el tufo proveniente de alguna industria (jabonera, citrícola, etc..) sobre la base del vaho proveniente de escapes de autos, camiones y, sobre todas las cosas, de ciclomotores. Algunos mediodías a todo eso se le suma la hediondez originada por la picada de cebollas crudas fundamental para el relleno de empanadas criollas o árabes, que se constituye en efluvio de signo contrario a las glorias de olfatear las fragancias que emanan de los hornos donde éstas se cocinan y de las parrillas de los asaditos improvisados en las obras de construcción.
      No sé si es que el olor a Tucumán no siempre está, o si es que algunas veces me atraviesa sin que me percate de él. Lo cierto es que cuando lo siento no puedo no experimentar una suerte de simbiosis entre alegría por la pertenencia al lugar y  un dejo de nostalgia de tiempos remotos (o no tan remotos) y de personas perdidas (o desencontradas). La saudade me gana, y hay una sola expresión que, para bien o para mal, en ese momento lo significa todo: "estoy en casa".
      
*Frase de Pablo Milanés de la canción "El breve espacio en que no está"

Comentarios

  1. Me encantó amiga... ya me va a agarrar a mí también.

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  2. Luciana? Jor? Gracias, me encantó que te haya encantado!!

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  3. Belíssima maneira literária de descrever a cidade onde você mora....abraços
    Juliana Moroni

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  4. Danke schön!! Frau Moroni, fico contente de saber que curtiu do meu texto.... mas nao exagere tanto hehehe... abraços pra vc menina!!
    P.S: Prometa-me que nao vai fugir pra a Inglaterra sem antes me avisar.

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  5. ahora que no estoy, extraño esos olores (colores, y too lugares!!!)
    gracias por compartir!
    saludos,
    Charls.

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  6. hey!!! buenisima la percepción del espacio a traves de un sentido tan ninguneado por otro que es cuasi-dictador hoy: la vista. que sería de nosotros si no tuviesemos nariz???
    seguí escribiendo que nos gusta leerte. beso, anita.
    emiliano.

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  7. Charls: Gracias a vos por pasar! ¡Qué bueno encontrar un tucumano que se sienta identificado y saber que yo no tengo la percepción atrofiada! un saludo!

    Dear Emily: el olfato es esencial, una vez en una clase, haya lejos y hace tiempo, la profesora dijo que los olores, de todas las sensaciones, eran, por lejos, las que más nos remontaban al preconciente...más que cualquier otra... creo que tiene razón. El olfato te dirige, te guía, te lleva a otros tiempos. Por lo menos es lo que siento yo.
    Un beso...

    y sí, si no me leen uds. no me lee nadie!!

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